La Ciudad

Dos bombas que imponen agenda y anticipan nuevas discusiones

El plan para "recuperar Punta Mogotes" y la licitación del Minella y el Polideportivo retoman el debate sobre el futuro que procura Montenegro. Pero no están exentos de controversia. Otros proyectos vuelan más bajo pero también despiertan la atención.

Por Ramiro Melucci

Cerca de Guillermo Montenegro se ocuparon de anticipar que la conferencia de prensa del último jueves no iba a ser como las anteriores. Sin dar detalles de los motivos, convocaban a los periodistas a estar para verlo. No engañaban: ya de entrada la escena montada en el COM era distinta a las habituales. El intendente no se presentaba solo ante las cámaras, sino con los funcionarios, los legisladores provinciales y los concejales de la coalición de gobierno detrás. Una muestra de que todo está como el primer día, a pesar de los roces cotidianos y la amenaza latente del factor libertario.

El contenido también salió de lo acostumbrado. Los anuncios del plan para “recuperar Punta Mogotes” y la licitación para concesionar el estadio José María Minella y el Polideportivo le otorgaron a la conferencia una dimensión que ninguna de las anteriores había tenido. Superado el conflicto municipal, tras una semana en que el predio de disposición final de residuos volvió a los medios por motivos lamentables y mientras se busca encauzar la prevención del delito tras los cambios obligados en la policía, Montenegro impone dos temas pesados para la agenda del futuro de Mar del Plata.

Se suman a los del Parque Industrial 2, cuyos usos de suelo envió la semana pasada al Concejo Deliberante; al decreto de adhesión al Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI), que también mandó para su convalidación al cuerpo deliberativo, y al régimen con ventajas locales para inversiones de menor dimensión, anunciado hace un mes y del que todavía no hay novedades.

Esta semana intimará a la Provincia de Buenos Aires para que acepte el pago de $ 14 millones que, según el municipio, adeuda por el viejo convenio de Punta Mogotes. A partir de ese pago pretende que se disuelva la administración del complejo, integrada en un 70% por la Provincia (representada por dos funcionarios) y en un 30% por el municipio (posee un representante). En consecuencia, quedaría bajo la órbita municipal.

El propio Montenegro adelantó la posibilidad de que la Provincia no acepte y de recurrir a la Justicia para consignar el pago. En ese caso, todo derivaría en un juicio impulsado por la comuna.


Fernanda Raverta junto al administrador general del Complejo, Fernando Maraude. en una recorrida por el Parque Ambiental de Mogotes de septiembre del año pasado.


Como todos los cargos provinciales en el distrito, la Administración de Punta Mogotes está manejada por un funcionario sugerido por Fernanda Raverta: el exconcejal Fernando Maraude. En el entorno de la extitular de la Anses advierten que hay una serie de aspectos legales que Montenegro no está teniendo en cuenta. El primero, según indicaron, es que la deuda no sería del municipio sino de todo el ente administrador, en el que es un accionista minoritario, con el Banco Provincia. “¿Puede el municipio cancelarla unilateralmente?”, se preguntan.

En el Ejecutivo local aseguran que, en rigor, en el inicio la deuda fue sólo del municipio con la entidad bancaria y luego la asumió el gobierno bonaerense. Lo cierto es que allí parece haber un primer foco de discusión, vinculado a la legalidad, antes que cualquier deliberación relacionada con el monto adeudado.

Las prórrogas de las concesiones de los balnearios de Punta Mogotes vencen en mayo de 2026. La administración actual ya había empezado a comunicarles a los concesionarios que habría una licitación abierta en la que se requeriría una inversión importante para modernizar el sector. 

El antecedente es un masterplan que elaboró con recursos del Consejo Federal de Inversiones (CFI). Imposible que el municipio lo desconozca. Primero, porque tiene sentado en el consejo administrador al radical Carlos Aramburu. Segundo, porque el propio Maraude había ventilado algunos detalles. Como Montenegro, mencionó la necesidad de integrar las playas y los balnearios al barrio. En el kirchnerismo apuntan que también se contempla un cambio arquitectónico y el objetivo de lograr un 40% más de playa pública.


El diputado provincial Gustavo Pulti dijo que Mogotes es un “derecho de la ciudad”.


A lo largo de los años, la municipalización del complejo fue impulsada por el radicalismo, por Gustavo Pulti, por Raverta y ahora por Montenegro. El kirchnerismo la promovió cuando la provincia era gobernada por María Eugenia Vidal. El intendente la motoriza cuando el gobernador es Axel Kicillof. Por momentos da la sensación de estar en presencia de un botín político.

“Es un derecho que tiene la ciudad, que está pagando eso hace muchos años. Es un convenio que se firmó entre el querido exintendente Angel Roig y el gobernador (Alejandro) Armendáriz en 1984. Está concluyendo y es un hecho que tiene que ocurrir casi administrativamente”, dijo el viernes el exintendente Pulti, ahora integrante de la hueste legislativa de Kicillof, ante una consulta de Canal 2.


A la municipalización de Mogotes el kirchnerismo la promovió cuando la provincia era gobernada por Vidal. El intendente la motoriza cuando el gobernador es Kicillof. Por momentos da la sensación de estar en presencia de un botín político.


La otra bomba mediática llegó justo dos años después de la primera foto de Montenegro con el presidente de la AFA, Claudio “Chiqui” Tapia. Aquella del anuncio de que el José María Minella iba camino a convertirse en la “casa de las selecciones nacionales”.

En el gobierno local estiman que “en las próximas dos o tres semanas, a más tardar un mes”, enviarán al Concejo Deliberante el pliego de bases y condiciones para la licitación nacional e internacional para concesionar el Minella y el Polideportivo Islas Malvinas. Establecerá un sistema de puntos según el cual la empresa que se asocie con la AFA correrá con ventaja, lo que pone en evidencia que la convocatoria a licitación es una derivación de las conversaciones del intendente con Tapia y otros posibles inversores.

Montenegro anunció que la convocatoria contemplará la puesta en valor de los dos escenarios, el pago de un canon y el mantenimiento general del Parque Municipal de los Deportes. También el compromiso de una grilla de espectáculos, shows y eventos deportivos durante todo el año.

Lo que no estaba en el radar de nadie era la concesión del Polideportivo. Se inserta para que el esquema de negocios de los que se adjudiquen la licitación tenga una fuente de ingresos que no dependa de las inclemencias climáticas de Mar del Plata.

La oposición ansía ver la letra chica. Prefiere opinar sobre lo escrito y no sobre una enumeración de buenas intenciones. El mismo día del anuncio, un rato antes, el bloque de Acción Marplatense intentó aprobar en la comisión de Deportes un pedido de informe sobre las negociaciones con la AFA por el estadio. El oficialismo se lo mandó al archivo. Último acto de la ilusión prelicitatoria del Minella. Ahora comienza otra. 

La agenda “de futuro” emerge en el gobierno municipal como la etapa siguiente a la de confrontación permanente. Queda inaugurada mientras, sin estridencia, asoman planes que también despiertan la atención. Como los proyectos para autorizar edificaciones por excepción en edificios de valor patrimonial. O la licitación para recuperar contribuyentes mediante herramientas informáticas y personal especializado, que Montenegro anunció con notorio esmero por no caerle al gobierno de Javier Milei: dijo que “más del 40% no paga las tasas” y lo adjudicó a una situación “histórica”. Como si no se hubiera visto agudizada en los últimos meses, fruto del ajuste “más grande la historia” del que se ufana su autor.

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